Ranmaneos
Por:
Jakito Ishida Yui
Capítulo 1
Nabiki tapó las dudas de Akane con un beso. La chica de pelo azul cerraba los ojos, mientras la mano de su hermana entraba a tocar sus mamas, tan llenas y suaves y blandas y firmes, entraba a tocar por debajo de su ropa en aquel terrible calor de verano con sus manos frías. Abrió el pantalón corto horrible que usaba ese día e introdujo allí su mano derecha mientras que con la otra abrazó aun más su espalda, y agarró su pobre pecho. La mano dentro del pantalón empezó a moverse, entró en la pequeña tanga, y descubrió su húmedo, enrojecido e hinchado lugar. Introdujo su mano más a fondo, y comenzó a mover su palpitante clítoris, provocándole suaves distracciones al instante. Nabiki seguí besando su boca. Akane se intentó mover, pero de algún modo le convenció de estarse quieta. Abajo estaban el tío Genma con Shogun jugando al ajedrez chino, el maestro contando sus piezas robadas, y Kasumi cocinando. Nabiki tenía las piernas de Akane temblando. Le besaba con más fuerza para tragar sus quejidos que empezaban a ser más fuertes. La sintió respirar más fuerte al acabar. Abrió los ojos, y chupó los erectos pezones de Nabiki a través de su polera. Nabiki se la subió, y Akane parecía una bebe chupando leche. En ése momento tocaron la puerta en clave, suavemente. Nabiki dijo: Entra.
Por la ventana, una sombra traspasó la cortina. Akane, sujeta por Nabiki cual bebé, no se había dado cuenta que Ranma había entrado en la habitación.
-Vaya, veo que tenemos invitada, Nabiki.
-Así es, Ranma. La invité. Akane los miró más que sorprendida.
-Me parece bien. Empecemos, estoy más que cargado.
Nabiki se acostó de espaldas, sobre la cama, sin pantaletas. Ranma se arrodilló justo a la entrada, entremedio de sus piernas. Se bajó el cierre, y sin previos, se introdujo en Nabiki. ésta cerró los ojos un momento, y luego miró los de Ranma. Ambos se hallaban en perfecta comprensión.
-Ven, Akane—Nabiki le hizo una seña, al ver que iba a masturbarse viéndolos—Quítate el short–la situó de piernas abiertas sobre su rostro, para empezar a lamer el lado más oculto de su feminidad. Ranma aprovechó la cercanía de sus pechos para empezar a tocarlos, y lamerlos. Sus pezones eran distintos a los de Nabiki, eran menos puntiagudos, menos desarrollados. Pero más ricos de tocar. Era extraño que se hubiera entregado tan rápidamente, pensó Ranma mientras que recorría su boca húmeda, roja, sedienta con su lengua y sus manos recorrían ese codiciado cuerpo virgen y amachado, sin ropa parecía mujer. Apretó entre sus manos los pechos como si los estuviera exprimiendo. Akane, a través del beso, se quejaba, la respiración por su nariz se había alterado. Sintió una especie de letargo que invadía su cuerpo. Por otro lado, su pene dentro de Nabiki le producía la excitación de siempre, su espalda se curvaba un poco y quemaba allí donde estaba penetrando. Las piernas de Akane temblaban un poco, el recorrido que sufría su vagina por parte de Nabiki le producía ya una excitación formidable, más estar besando a Ranma, y siendo tocada por éste le ayudó mucho a llegar antes que los otros dos. Se quejó fuerte, y se hizo a un lado. Ranma tomó a Nabiki por el trasero, haciéndola incorporarse, y embistiéndola con fuerza. ésta ahogó un grito al mismo tiempo que Ranma gruñía. Salió de ella, dejándola descansar.
Nabiki se limpió la boca con una polera que había allí cerca. Ranma le comenzó a lamer los pezones, al tiempo que tocaba a Akane. ésta se sentó en la cama, y Nabiki separó un poco a Ranma, y se puso al lado de Akane mirándolo.
-Oye, ¿nunca has visto a dos mujeres haciéndolo?
-No.
-¿Le damos el espectáculo? ¿Qué me dices, Akane?
-Me parece... ¡Club!
Akane recibió otro beso de su hermana, mientras con sus manos se recorrían febrilmente, sin ninguna clase de maestría ni delicadeza, tan comunes en ambas, por cierto. Nabiki puso una pierna entre las de Akane, y había empezado a moverse. Akane, nunca supo si por instinto, la movió un poco hacia el centro. Una sensación recorrió ambos cuerpos, haciendo que se miraran sorprendidas a los ojos. Nabiki puso su vagina frente a la de Akane, para que se rozaran sin cesar. Lo hizo al principio con cuidado, poniendo especial atención en aquel sentimiento, y si se hubiesen dado la libertad de gritar, el grito hubiese sido el que golpeaba en la mente de Akane “Kono Kimochi, Kono Kimochi”. Los quejidos y movimientos de ambas, los gestos, la emoción del ritmo o el ritmo de la emoción, las posturas corporales eran vigilados atentamente por Ranma, quien se masturbaba mirándolas. Si verlas besarse era excitante, más lo era verlas tocarse, y verlas haciéndose el amor, era simplemente del otro mundo, totalmente alucinante. Terminaron, increíblemente, los tres a un tiempo.
Ranma se trepó a la cama, decidido a penetrar a Akane. Nabiki lo detuvo.
-Ranma, Akane es virgen, y ha de serlo hasta el día que se case contigo... ¡Mañana!
-Está bien, Nabiki.
Un balde de agua fría parecía haber enfriado el ambiente.
-Mira, ahí hay agua fría, ¿por qué no te nos unes?
-El olor aquí ya es horrible. –La luz de la tarde se colaba por las gruesas cortinas. –Mejor nos vamos a bañar. No quiero que alguien nos descubra.
Ranma salió de la habitación.
-Sí, vamos a bañarnos, Nabiki.
-Ya está todo listo, Akane, esta vez no hay vuelta atrás, te casarás mañana.
-Ya lo sé. –Protestó camino al baño.
Entraron juntas al baño. Como de costumbre (¿se habían fijado que en el primer capítulo Akane se iba a bañar desnuda con Ranma, una chica que apenas conocía hace tres minutos, y en cambio se siente aterrada ante cualquier contacto con chicos? ¿Y que sabe besar?).
-Sabes, Nabiki...
-¿Qué?
-Es que...Ranma...Este...¿Hace cuánto que tú y Ranma juegan de ésa manera?
-Casi desde...Unos dos años...(¡Nunca dicen el tiempo transcurrido! Pasan tres vacaciones de verano en un año, o qué.)
-Ah.
-Akane...
-Dime.
-¿Tienes miedo?
-¿De qué?
-De tu noche de bodas.
-Ah. Estee...Sí, pero supongo que es normal.
-¿Te has besado con chicos alguna vez?
-Estee... no, sólo con muchachas.
-¿Te dan miedo los hombres?
-Es que...No lo sé.
-¿Quieres a Ranma?
-¿A qué viene todo éste interrogatorio?
-Escucha, hermanita—Se pegó la cara a la de Akane—Quiero que seas feliz, pero me preocupa que te hagas daño, ¿comprendes? Recuerda, cuando llegue el momento, que debes relajar tu cuerpo, y pronunciar su nombre. ¿De acuerdo?
-Eh...Sí. –Sonrió en forma tierna, como siempre. –Pero Nabiki...
-Dime.
-Me gustaría que estuvieras allí. Tengo mucho miedo.
-No te preocupes, todo va a salir bien. No podré estar contigo la primera vez, pues es más que seguro que papá y el tío Genma estén allí escuchando–Akane se alarmó–No lo digo para que te pongas más nerviosa aún, te lo digo para que estés conciente. La primera vez, Ranma hará todo el trabajo-Akane se puso roja—Si quieres puedes moverte, gritar, y ayudar cuanto quieras, y trata de hacerlo, pero no te fuerces, simplemente relaja tu cuerpo. Respira hondo, y repite su nombre.
-Así es. ¡Exacto!
-Chicas –Kasumi tocó la puerta –Necesito el baño.
-¡Bien, ya vamos, Kasumi!
-Bien, en eso quedamos Akane.
-Sí.