Un grave castigo
Por:
Parte 4
Ranma, Akane y Nabiki se dirigían juntas al instituto, todas vestidas con el uniforme de la escuela. Ranma no se acostumbraba a las faldas. El aire le enfriaba las piernas pero al menos ahora llevaba lencería y no se le helaba el felpudo. De todas formas caminaba con las piernas muy juntas para entrar en calor, a diferencia de Akane que caminaba como un vaquero como si tuviera la vagina escocida.
Cuando llegaron al instituto, tarde como siempre, encontraron una enorme cola de gente en el pasillo que llegaba hasta la enfermería.
-¿Para que es esta cola, acaso reparten algo?preguntó Ranma.
Nabiki puso los ojos en blanco y le respondió:
-¿Es que nunca te enteras de nada? Han venido del hospital central para la campaña de vacunación. Hoy le toca a tu curso. Tranqui, yo fui ayer y es sólo un pinchazo en el brazo.
-Me parece que yo iré más tarde cuando haya menos genteexclamó AkaneEs que tendrían que revisarme.....heeemm...¡La rodilla! Me hice daño entrenando.
-Por eso caminas hoy tan rarose burló Ranma.
Nabiki se despidió y se fue hacia el gimnasio. Akane fue hacia la biblioteca y Ranma se puso a la cola.
Llevaba media hora esperando y la cola no avanzaba. Constantemente se tocaba los pechos intentando poner bien el sujetador que siempre le molestaba. Le habían entrado ganas de orinar y cruzaba los muslos para contenerse. Al final no aguanto más y fue a los servicios. Desde que tenía este cuerpo le entraban ganas de mear constantemente. El baño de los chicas estaba ocupado así que se fue al de chicos que a estas horas estaba desierto. Entró en el water y lo encontró lleno de mierda. Como chico ni hubiera tenido que tocarlo le hubiera bastado con hacer puntería, pero no se podía aguantar y no había tiempo de encontrar otro sitio. Se arremangó la falda hasta la cintura y se bajó las bragas hasta las rodillas. Se puso de pie encima del water con las piernas separadas y comenzó a orinar. En seguida se dio cuenta que había sido un error y paró, se había manchado los muslos. Se quitó las bragas del todo y se puso de cuclillas sobre la taza, por fin pudo descargar y quedarse tranquila. Cuando terminó, cogió un poco de papel higiénico y se limpio de orina la vagina, pasó el áspero papel por los labios y el reborde interior hasta que quedó seca. Ya había echado a perder un par de bragas por no saber que tenía que secarse.
Mientras Ranma meaba, un chico entró al water de al lado, Ranma no le dio mayor importancia. El chico se disponía a mear cuando le llamó la atención un tela amarilla que sobresalía de escusado de al lado, eran las bragas de Ranma. El chico las recogió, eran aterciopeladas y muy suaves, excepto el interior de las entrepierna que era rugoso y acartonado. Pensó que algún chico habría traído a alguna tía para divertirse y se le olvidarían. Se la puso en la cara y aspiró el aroma de mujer. Lamió el interior y lo babeó. Sacó su polla de los pantalones que estaba entrempada, ahora no podía mear así que enrollo las bragas alrededor de su miembro y se la machacó, Ranma estaba con sus preocupaciones y no se enteraba de nada. Enseguida se corrió y dejó el interior lleno de semen espeso. Tiró las bragas al suelo y se fue.
En ese momento Ranma acababa. Abrió la puerta y se disponía a irse cuando recordó que no llevaba bragas. Las recogió del suelo, pasó una pierna por cada obertura y se las puso con fuerza pues no quería retrasarse en la cola. Notó enseguida un calor y una viscosidad y pensó que ya las había vuelto a manchar con el pipi. Cuando se deponía a salir al pasillo notó que un líquido caliente y viscoso se escurría de sus bragas al interior de sus muslos. Le extrañó, así que pasó una mano por debajo de la falda y palpó el exterior de la entrepierna de sus bragas notándolo tibio. Apretó la tela tratando de identificar qué era aquello y removiendo involuntariamente el semen por los labios y la entrada de la vagina. Sacó la mano y la pasó por la cintura hasta el interior de las bragas. Al sacarla vio los dedos manchados de la segregación blanca que tan bien conocía. En seguida se quitó las bragas con asco y les dio un puntapié. En ese momento otros chicos entraron al baño. Ante lo incomodo de la situación Ranma corrió de regreso a la cola. Otra vez volvía a estar sin bragas, esperaba no resfriarse.
Mientras ocurría todo esto Nabiki se dirigió al vestuario masculino. Allí encontró a Kuno esperándola.
-Bien, tenemos tiempo. Hasta dentro de un hora no acabara la clase de gimnasiaa pesar de sus palabras Kuno parecía impaciente.
Nabiki se metió dentro de una de las duchas donde quedaba oculta. Abrió una bolsa de deporte y sacó unos pantalones y camisa chinos igual a los que antes usaba Ranma pero de su talla, y se cambió la ropa. También se recogió el pelo y se puso un peluca pelirroja de trenzas. Llevaba satisfaciendo los deseos de Kuno más de un año, por dinero por supuesto. La obsesión de Kuno era patológica. También se disfrazaba de Akane pero últimamente prefería a Ranma. Lo cierto es que pagaba bien y se estaba volviendo habilidoso.
Kuno se empalmó en cuanto la vio salir de la ducha. Se acercó a ella se fundieron en un abrazo y un prolongado beso. Kuno le metía la lengua hasta la campanilla y le repasaba cada cavidad de la boca, Nabiki hacia otro tanto. Kuno le metía mano, agarrando sus glúteos y sus pechos sin demasiada consideración, para eso pagaba él.
Kuno se sentó en un banco y separó las piernas. Nabiky se arrodilló entre éstas, sabía lo que Kuno quería. Le metió la mano en los pantalones y le sacó la polla. Estaba rígida y era enorme, no especialmente ancha pero sí muy larga. Empezó a masturbarlo con la mano suavemente. Acercó la boca y chupó con la punta de la lengua el glande. Pasó el resto de la lengua por toda la polla hasta que estuvo toda húmeda. Kuno gemía de placer con los ojos en blanco. Nabiki se metió todo el capullo en la boca y succionaba, después avanzaba un poco más de polla y continuaba con la mamada. No le cabía la polla entera pero se metió tres cuartes partes que lamía con fluidez, arriba y abajo.
Kuno gemía y exclamaba:
-Sí, sí así, así, quiero más. Sigue...
Cuando vio que se iba a correr cogió la cabeza de Nabiki con ambas manos y tiró de ella hacia él. La polla se hincó en toda la garganta, la cara de Nabiki atrapada en los pelos y los huevos de Kuno. Nabiki trató de zafarse pero Kuno la tenía bien sujeta. Entonces Kuno se corrió dentro. Nabiki no podía respirar y se tragaba el semen como podía. Se empezó a convulsionar pero Kuno no la soltó hasta que tragó la última gota.
Una vez libre Nabiki tuvo arcadas, sus ganas de vomitar competían con las de buscar aire pero se recuperó en seguida
-¡¡A qué ha venido eso, ten por seguro que esto me lo pagas!! Y no será barato.
Una vez quedó todo aclarado Kuno le desabrochó la camisa. Dejó a la vista un sujetador negro de encaje. cogió con ambas manos los pechos que colmaban sus manos. Le subió el sujetador para dejar libres sus pechos. Los masajeó, dejó el canalillo lleno de babas y finalmente se lanzó a morder lo pezones. Nabiki se mordió los labios y finalmente gimió. No es que Kuno le produjera placer pero él pagaba.
Finalmente Nabiki se puso de cuatro patas encima del banco. Kuno le bajó los pantalones hasta debajo del culo. Llevaba unas bragas negras. Agarró con la mano el canal posterior y la deslizó hasta su frondoso bosque. Tiró de las bragas y quedaron a la altura de los pantalones. Separó las dos lunas y metió la cara dentro aspirando los aromas. Abrió con la punta de los dedos la entrada de su rosa posterior y escupió dentro hasta que la saliva sobresalía. Después le hincó un dedo con suavidad, todavía era virgen por allí y entró con dificultad. Entonces Kuno puso un pie a cada lado del banco y apuntó su polla contra la entrada del ano. Nabiki apretó con todas sus fuerzas las nalgas impidiendo cualquier invasión.
-¡¡Quieto!! Sabes que no permitiré que me rompas el culo así que ni lo intentesNabiki parecía realmente alterada, no era la primera vez que lo intentaba pero ésta le había dejado llegar demasiado lejos había faltado poco para que la ensartara.
Ambos se fueron a una ducha y se quitaron los pantalones. Kuno no podía aguantar más. Se había corrido una vez pero era joven y ya volvía a pedir guerra. Cogió a Nabiki por las nalgas y la levantó hasta su cintura. Nabiki contra la pared se sujetaba a su semental con las piernas. Cuando Kuno se disponía a prenetarla, Nabiki le extendió una mano. En ella llevaba un condón. Kuno suspiró, con la posición incomoda en la que se encontraban le costó ponérselo. De hecho no quedó demasiado bien, tan sólo desenvolvió un par de dedos por debajo del prepucio pero estaba tan hinchado que bastó para que quedara bien sujeto.
Nabiki estaba más que lubricada y la polla entró con facilidad. En seguida comenzó el típico bamboleo. Kuno la embestía con suavidad al principio y aceleraba con el tiempo. Nabiki jadeaba de placer, cada vez que le friccionaban el clítoris gritaba. Se mordió el labio con el primer orgasmo, Kuno había mejorado mucho con la práctica. Kuno empujaba con los brazos el culo de Nabiky hacia él para llegar más al fondo. Agotado se recostó sobre Nabiky sin disminuir la intensidad de sus embestidas. A Nabiki se le clavaban los aros del sostén en la clavícula pero soportaba el dolor a cambio del placer.
Finalmente Kuno se corrió junto con Nabiki. Cuando disminuyó la intensidad de los jadeos oyeron que alguien entraba en el vestuario. Por temor a que los pillaran se mantuvieron quietos dentro de la ducha con la misma posición. Kuno observaba el sudor que perlaba las mejillas de Nabiki. Al cabo de cinco minutos el vestuario quedó vacío de intromisiones. Kuno abandonó el interior de Nabiki y ambos se pusieron en pie. A Nabiki le temblaban las piernas así que se sentó. Miró a Kuno, no paraba de mirar el suelo de la ducha.
-¿Qué te pasa? ¿Buscas algo?preguntó Nabiky mientras se quitaba la peluca.
-El condón, no lo encuentro. Yo no me lo he sacado y no quiero que algún estudiante lo encuentre.
-¡¡Mierda!!
Buscaron el condón durante cinco minutos. Al fin asumieron que se había quedado dentro. Nabiky se agachó de cuclillas, puso un espejo en el suelo y buscó. No había forma, así que se tumbó sobre el banco y separó todo lo que pudo las piernas. Kuno echó una ojeada, nunca había visto un coño con tanto detalle. Metió un dedo dentro. Nabiky estaba muy nerviosa y por lo tanto los músculos vaginales estaban tensos. Kuno metió un segundo dedo y lo dirigió hacia arriba buscando el condón.
-Ahhhrrr, ten cuidado. No es por hay. El canal va hacia atrás no hacia arribaNabiky se mordía los labios y se agarraba con todas sus fuerzas al banco.
Kuno llegó todo lo lejos que llegaban sus dedos pero no encontró nada. Sacó los dedos y los juntó todo lo que pudo. Introdujo los cinco alrededor de los labios y apretó. No había forma de que entraran así que apretó todo lo que pudo y avanzo girando la mano. Nabiki gritaba y soplaba para que se hiciera más llevadero. Cuando Kuno llegó a los nudillos se quedó atorado. Lo que venía ahora dolería de verdad, así que Kuno hizo una bola con las bragas de Nabiky y se las puso en la boca, ella las mordió. Kuno cogió impulso y embistió. Nabiki se quedó con la boca abierta y contraída en posición fetal pero con la mano de Kuno en las entrañas. Kuno terminó de avanzar hasta que la muñeca quedo a la altura de los labios. Entonces abrió la mano y extendio los dedos en busca del condón. Los bultos de los dedos se marcaban en la piel de Nabiky. Estuvo así un rato pero no encontró nada, vio que la hora de gimnasia llegaba a su fin y salió. Se separó de ella bruscamente. Secó las lágrimas de Nabiki con una toalla.
Nabiki se puso la toalla entre las piernas y se vistió. Ambos abandonaron el vestuario.
Por fin llegó el turno de Ranma, era la última. Entró en enfermería y se subió la manga hasta el codo. El medico era bajito, medio calvo y le sobraban vente quilos. Tendría unos 60 años.
-Bien, ¿cuál es tu nombre?
-Ranma Saotomeel medico se puso a buscar en un fichero hasta que encontró su expediente.
-Aquí esta. Vaya debe haber un error esta ficha pertenece a un chico.
-Si bueno, verá.....es que .....soy su hermana. Una broma de mis padres nos pusieron el mismo nombre.
-Pues tu expediente no estáel medico le miraba esperando una respuesta. Ranma sólo quería que le pusiese la maldita inyección e irse así que improvisó.
-Es que acabo de llegar desde el pueblo de mis padres, allí el colegio es muy pequeño y no hay enfermería. La sanidad allí es horrible.
- En ese caso tendré que hacerte una revisión completa y ponerte la lista completa de vacunas.
Le puso una goma en el brazo y a continuacion la inyección, después de ésta vino otra. Cuando se disponía a recibir la tercera el medico le dijo que se tumbara sobre la camilla. Ranma así lo hizo.
-No, túmbate boca abajo. Esta va en la nalga. No te preocupes va sólo medio palmo por debajo de la cintura apenas tendré que bajarte las bragas.
Ranma se volteó. El medico le subió la falda y descubrió que no llevaba bragas. No hizo ningún comentario pero estuvo un rato observando las generosas nalgas y entrevió la vulva entre sus piernas. Le dio una palmada en el culo y le puso la primera inyección. A esta le siguieron otras dos, en cada una iba bajando y se acercaba más al canal. En la cuarta y ultima abrió un poco las nalgas y la puso muy próxima a la vulva. Ranma tenía el culo muy dolorido.
-Bien será mejor que te haga la revisión completa. Vete a la habitación de al lado y quítate la ropa, encontraras un bata.
Así lo hizo Ranma. Se desvistió por completo y se puso un bata de hospital que le llegaba a las rodillas. Le venía pequeña y dejaba toda su espalda y trasero al aire, se estaba helando de frío. La situación le daba mucha vergüenza, pero al fin y al cabo era un medico. Si las chicas pasaban por esto porque había de preocuparle a el que no era su verdadero cuerpo.
El medico la hizo sentarse en una silla. Le miró los reflejos, le ausculto el corazón, lo típico. Después le bajó la parte superior de la bata, los pechos quedaron al aire. Eran grandes y rozados. El frío había hecho que estuvieran erectos y duros, los pezones estaban especialmente sensibles.
El medico comprobó que ambos pezones eran iguales. Después hizo una palpación de cada uno de los pechos. Fue muy lento y meticuloso, prestó especial atención a los pezones. Incluso llegó a darle unos pellizcos hasta que Ranma se quejó de dolor. Le midió el canalillo cuidadosamente y le pidió que pasara a la silla de exploración.
Ranma se volvió a subir la bata y pasó a sentarse a una silla con dos estribos metálicos. El medico le pidió que pusiera las piernas en cada estribo, estaban muy fríos. Quedó con los muslos separados y las piernas muy abiertas. La posición era muy incomoda. El medico desapareció de la vista entre sus piernas tapado por la bata. Lo cierto es que estaba recreando su vista. Tenía en primer plano el interior de Ranma. En seguida se dio cuenta que tenía el interior de los muslos manchados de semen seco, al igual que la entrada de la vagina y el vello pubico. Pasó un mano por encima del vello, estaba sucio de semen con las hebras pegadas entre sí. Examinó el aparato genital externo. Metió un dedo entre los labios (normalmente llevaba guantes pero hoy los había olvidado) y notó que además de muy apretados estaba seca como papel de lija. Le dijo que sería mejor que relajara los músculos vaginales.
-Relaja los músculos de los muslos y apoya bien los glúteos.
Qué más quisiera Ranma pero en esta situación tan humillante era imposible relajarse y menos apoyar el culo dolorido como lo tenía. Como no hubo cambios le dijo que le pondría un lubricante. Se agachó y con disimulo escupió profusamente sobre su mano. Después le restregó la palma sin ningún tipo de tacto. Paso a examinar los labios mayores y menores. Se detuvo un buen rato en la uretra sabiendo que era especialmente molesto para su paciente. Cuando fue a examinarle el clítoris se encontró con el himen. No tenía sentido, los retos de semen indicaban que acababa de copular pero todavía era virgen. En fin tal vez práctico el sexo con las bragas puestas para proteger su virtud. Esta vez no podría hacer una exploración profunda. Se limitó a palparle la flor hasta donde podía llegar sin romperlo.
-Bien ya puedes levantarte y irte.
Así acabó la primera revisión medica de Ranma chica.
Cuando Ranma se iba entró Nabiki sin que este se diera cuenta. Se encontró con el doctor.
- Llegas un poco tarde para la vacuna.
-No, me vacuné ayer. Tengo otro problema...Y le explicó sin muchos detalles el contenido de su vagina.
Tuvo que ponerse en la misma posición de Ranma con los estribos. El medico observó a la paciente muy caliente de la visita exterior. Tenía la boca de la vagina enormemente abierta y con ligeros rastros de sangre. A diferencia de Ranma, Nabiki estaba muy lubricada.
-Vaya, ¿con quién has fornicado, con un caballo? Estás como si acabases de parir. Después de esto te costara encontrar un pene que te satisfaga.
Comenzó la exploración, buscó el condón con una pinza. Lo encontró cerca de la matriz. Reviso que no hubiera daños internos.
-Sólo tienes unos pequeños desgarros. Te aplicaré una crema pero no puedo en esta posición. Ponte sobre la camilla a cuatro patas con las piernas abiertas.
Cuando Nabiki ya estaba en posición el medico le levantó la bata dejando todo su trasero al aire. Con las piernas abiertas tenía una espléndida vista de la vulva.
-Ahora te aplicaré la crema, te la introduciré con una inyección. La he calentado para que no te moleste la diferencia de temperatura.
Con el shock que llevaba Nabiki no se enteraba de nada sólo se dejaba hacer. El medico se subió a un taburete y con la paciente mirando al otro lado se sacó la polla. Estaba flácida y arrugada. La restregó contra el coño de Nabiki para estimularla. Cuando estuvo erecta separó los labios con dos dedos. metió la punta de la polla en el interior. Estaba tan dilatada que ni la notó. El viejo comenzó a masturbarse con la mano que tenía libre y todo el prepucio dentro de la adolescente. Se corrió descargando toda su leche dentro. Bajó del taburete y le metió los dedos. Empujaba todo el esperma hacia dentro y recubría todas las paredes. Cuando terminó le puso una gasa que tapara la vagina para que no pudiera descubrir el semen hasta que se hubiera secado.
Cuando el doctor se disponía a irse apareció Akane. ésta le dijo que tenía unos dolores en la zona de abajo. Avergonzada y sonrojada tocó su turno en el potro. El medico examino la entrada, estaba un poco inflamada pero nada especial. descubrió que el himen había sido perforado recientemente.
-Vaya parece que ya has comenzado a tener relaciones. ¿Utilizasteis protección?.
Akane se sonrojó más si cabía y no supo que decir. El medico continuó la exploración y se fijó que tenía desgarrada la uretra. Sacó una espátula metálica y se la introdujo dentro de la vagina. Una vez dentro se abría permitiendo ver el interior de la vagina. Aprovecho para hacer unas raspaduras para una citología vaginal. Akane se sentía incomoda pero se dejaba hacer, no tenía otra opción. Después le hizo una profunda exploración con dos dedos. Recorrió todos los recovecos de Akane. Cuando terminó, Akane se vistió.
-Bien esto es todo. Tienes la uretra dañada. Te daré una receta para una crema que te aliviara el dolor. Me tienes que dar tu numero de teléfono. Tengo que pedir permiso a tu padre para darte la receta. Y tendré que explicarle como te lo has hecho. Por cierto que me gustaría saber como.
Akane se quedo de piedra. Nunca se hubiera imaginado esto.
-No, no puede decírselo a mi padre me mataríaAkane suplicó por un rato.
-Está bien te daré la receta sin la autorización pero tienes que ayudarme en un experimento. Quédate enfrente de la camilla y no digas absolutamente nada durante media hora.
Akane aceptó y se quedó de pie enfrente de la camilla. El medico le hizo apoyar una mano en cada extremo. Con el pie separo sus piernas. Akane se preguntaba que clase de experimento sería cuando notó que le subían la falda. Quedo aterrada, estaba en una encrucijada y no sabía qué hacer. Viendo que no se inmutaba el medico le bajó las bragas hasta las rodillas. El espléndido trasero quedó al aire. Separó las lunas y vio que el ano estaba lleno de arañazos pero todavía virgen. Restregó su flácida polla contra el agujero hasta que se enderezó. Akane estaba a punto de irse cuando notó que un dedo invadía su cavidad. A éste le siguió un segundo. Akane quiso gritar pero pensando que el viejo se conformaría con eso aguantó el dolor. El medico escupió en su mano e introdujo con dos dedos la saliva por el canal hasta que estuvo bien lubricada y pasaban con facilidad. Entonces metió la cabeza de su polla. A Akane le flaquearon las piernas y estuvo a punto de venirse a bajo. Con una embestida el resto de la polla se incrustó hasta el fondo. Akane se arqueó de dolor, las manos agarradas a la camilla desgarraron las sabanas, boqueaba buscando aire para no chillar. El viejo apenas si se movía dentro pero ella notaba cada bombeo como si la empalasen con un ariete. El viejo comenzó las embestidas. Akane se tuvo que reposar la parte superior de su tronco sobre la camilla para soportarlo. Quizás si la copula hubiera durado más tiempo hubiera encontrado placer pero su amante era viejo y al poco se corrió, eso sí, en grandes cantidades. Cuando el medico la soltó con un ruido de succión un réglelo de semen y sangre se deslizo por el canal hasta su vagina.
Akane se bajó la falda y salió corriendo mientras las lágrimas inundaban sus mejillas. Ni siquiera pensó en ponerse las bragas y una mancha de sangre surgió en la parte posterior de la falda.