La poción azul

Por: Facer


Bien; primero, las formalidades. Ranma es propiedad privada de Viz comunications. Los personajes que aparecen en este fanfiction fueron creados por y son copyright de Rumiko Takahashi.

Advertencia Lemon: La siguiente historia contiene descripciones de sexo explícito y si no eres mayor de edad no deberías estar leyendo esto; pero como probablemente lo leerás de todas formas; sólo asegúrate que si te pillan, no menciones mi nombre.

Realizar un lemon en español es bastante difícil (al menos para mí), ya que durante el proceso de escribir lo que estás a punto de leer, tuve que cambiar toda la historia en varias (quizás demasiadas) ocasiones hasta que el resultado me dejó satisfecho, en fin, imagino que eso no importa ahora, así que basta ya de mis quejas y empecemos.


La situación actual tenía a Shampoo bastante molesta, en primer lugar, ¿Cómo era posible que Cologne decidiera salir de la ciudad así como así? ¿Justo el día en que habían planeado preparar el jarabe azul? Era una situación intolerable, sí señor, total y completamente intolerable. Pero esto no detendría a Shampoo, no, para nada. La joven amazona se dirigió a la cocina ignorando las súplicas de Mousse, quién estaba tratando de conseguir que se le dejara entrar al restaurante; una vez en la cocina, Shampoo releyó la receta para el jarabe y verificó que no faltara ninguno de los ingredientes necesarios; desafortunadamente, el ingrediente principal, el polvo de la raíz azul de la pasión no estaba por ningún lado, ¡de seguro Cologne se lo había llevado! Murmurando en Chino, Shampoo revisó de nuevo los cajones y la alacena de la cocina; ¡ese polvo debía estar en algún lado!

Diez minutos después, Shampoo logró encontrar lo que buscaba, el pequeño frasco en donde Cologne guardaba el polvo de raíz azul, e inmediatamente comenzó a preparar el jarabe con el cual Shampoo estaba segura podría conseguir de una vez por todas a Ranma. ¿Ahora, por qué es tan especial este jarabe azul? Pues por la simple razón de que el jarabe tiene el mismo efecto que las píldoras del amor instantáneo que Shampoo trató de utilizar en una ocasión; pero con la ventaja de que el jarabe, aún con la mínima dosis, produce un efecto permanente. Lo que Shampoo ignora, es que si la dosis de raíz azul es mayor que la indicada, cosas inesperadas pueden sucederle a aquella persona que tome el jarabe.

La preparación de la pócima resultó ser mucho más complicada de lo que Shampoo imaginaba, en especial por las diferentes mezclas que debían hacerse en envases diferentes para después ser vaciadas en una olla llena de agua hirviendo; afortunadamente, lo único que faltaba para terminar el jarabe era agregar el polvo azul al agua hirviendo, una vez hecho eso, la joven sólo tenía que limitarse a evitar la formación de grumos en la solución y todo estaría bien. Pero justo antes de agregar los 40 gramos de polvo azul necesarios para completar la solución, Shampoo se detuvo; ¿Qué tal si la dosis de polvo azul no era suficiente? ¿Qué tal si Akane descubría una forma de contrarrestar el efecto de la poción si ésta era muy débil? Shampoo se quedó de pie, quieta frente a la olla, buscando una buena solución a este problema, finalmente, luego de casi un minuto de considerarlo, la joven amazona alcanzó el frasco de polvo azul y sonriendo ante su idea, Shampoo vació TODO el contenido del frasco en la olla; valía la pena arriesgarse, después de todo, el premio era Ranma. Fue en ese momento que Shampoo se preguntó si el hecho de que la olla vibrara tanto podría ser una mala señal.

El Neko Hanten está cerrado el día de hoy, Mousse ha intentado entrar inútilmente durante casi toda la mañana; ahora es casi mediodía. En este momento, el joven desearía no haber permitido que lo sacaran a dormir fuera la noche anterior cuando accidentalmente se transformó a sí mismo en pato, pero eso ya no podía remediarse; ahora lo importante era entrar, de una u otra forma. Mousse estaba a punto de brincar por una de las ventanas superiores cuando sucedió; un fuerte estallido sacudió el restaurante y Mousse estuvo a punto de caer de espaldas, la desesperación inundó a Mousse, la explosión se sintió con más fuerza por la parte de atrás del restaurante; precisamente por donde estaba la cocina.

No muy lejos de allí, Ukyo Kuonji, quien se dirigía a su propio restaurante, también escuchó la explosión, y tras unos rápidos cálculos, pudo deducir su punto de origen; a pesar de que dudó un poco al principio, Ukyo terminó por ir a investigar que había pasado en el Neko Hanten.

Mousse se las arregló para entrar por una de las ventanas destrozadas de la cocina y se quedó mudo de la impresión. Del techo goteaba una sustancia azul muy pegajosa, y, en una olla sobre un quemador aún encendido, había aún bastante más de la goma azul; El resto de la cocina estaba limpio, pero Shampoo; Ella estaba hecha un desastre, la joven tenía la cara, el cabello y la parte superior de su cuerpo completamente cubiertos de aquella cosa azul y estaba tan aturdida que no podía levantarse; Mousse estaba por dirigirse a Shampoo, pero otra cosa llamó su atención, el lugar olía demasiado a gas. Mousse controló su impulso de abrazar a Shampoo y cerró las llaves del gas, una vez hecho eso, Mousse tomó un trapo y se acercó a Shampoo.

“¿Qué diablos hacías?” Preguntó Mousse mientras limpiaba la cara de Shampoo, “¿Quieres matarte acaso?”

Shampoo se limitó a observar a Mousse, su mente aún le daba vueltas y no podía aún recordar que diablos había pasado, pero de algún modo, mientras observaba a su eterno enamorado, la idea de aceptar a Mousse como su esposo le parecía cada vez menos descabellada, en realidad, comenzaba a agradarle demasiado.

“¡Hey! ¿Me estas poniendo atención?” Exclamó Mousse preocupado, “¡Te acabo de preguntar que era lo que hacías!”

De pronto, Shampoo recordó lo que había pasado, cómo la explosión la había bañado con jarabe y cómo en su confusión se había tragado un poco antes de caer al suelo atontada. El jarabe era para Ranma. Pero a Shampoo eso ya no le importaba, justo ahora, ella observaba a Mousse con una total adoración y al mismo tiempo, una idea comenzó a formarse en la mente de Shampoo, primero fue una sensación en su cuerpo, un cosquilleo en su entrepierna y en la punta de sus pechos, pero ahora, la idea había tomado forma y no le desagradaba para nada. Pero había un problema, y Shampoo se dio cuenta de inmediato, a Mousse aún podrían gustarle otras mujeres. Shampoo no estaba dispuesta a compartir a Mousse con nadie, menos ahora que se había dado cuenta lo hermoso que Mousse era. La joven supo de inmediato lo que debía hacerse.

“¿Qué sucede?” Preguntó Mousse al notar la forma en que Shampoo lo miraba, en condiciones normales, a Mousse no le molestaría que Shampoo lo mirara, pero esta vez le daba escalofríos.

“Mousse, hazme un favor.” Dijo Shampoo al levantarse, “¿Podrías probar un poco del jarabe que aún queda en la olla?”

“¿Este moco?” Preguntó Mousse asqueado, él generalmente haría todo por Shampoo, pero la baba azul de la olla apestaba y la verdad le daba mucho asco, “Lo siento, pero no puedo.”

Shampoo frunció el seño, “¿No?” Preguntó, “¿Ni siquiera por mí?”

A Mousse no le gustaba esto, el tono de voz de Shampoo era demasiado dulce como para negarse, pero, ¿que tal si terminaba convertido en un zombi? Desafortunadamente, antes de que pudiera evitarlo, Mousse ya había tomado un poco de aquella baba con sus dedos y la había introducido a su boca, sorprendentemente, a pesar del fétido olor, el menjurje sabía bastante bien.

“Mírame ahora.” Pidió Shampoo.

El efecto de la poción fue mucho más rápido en Mousse puesto que él ya tenía fuertes sentimientos hacia Shampoo desde antes. Después de mirar a Shampoo, Mousse se sintió aún más convencido que Shampoo era la única mujer en el mundo que a él le importaba.

Lo que sucedió después hubiera sorprendido a morir a cualquier persona que conociera medianamente a ambos jóvenes; precisamente lo que le sucedió a Ukyo Kuonji. Quién había estado observando todo lo que pasaba en el Neko Hanten desde la orilla de la ventana y estuvo a punto de morir de la impresión.

Shampoo caminó lentamente hacia Mousse y tomó su rostro con sus manos, la joven sonrió y entrecerró los ojos, “Te amo Mousse, ¿Lo sabías?” Dijo Shampoo y besó a Mousse; suave al principio, pero inmediatamente incrementó la presión, iniciando un beso salvaje y lleno de una fuerte pasión incontrolable, Mousse estuvo a punto de desmayarse, pero no, casi de inmediato respondió al beso de su amada y la tomó entre sus brazos con fuerza. Cuando el beso terminó, Shampoo miró a Mousse y le sonrió de nuevo. “¿Sabes Mousse? Necesito un baño para quitarme esto.” Explicó Shampoo señalando las manchas de jarabe azul en su cabello, “¿Me acompañas?”

Mousse, lleno de un valor extraño en él, asintió con la cabeza, “Por supuesto.” Respondió el joven.

A Ukyo Kuonji le tomó más de veinte minutos reaccionar y recuperar el movimiento de su cuerpo, ¿qué demonios había sucedido aquí? ¿Mousse y Shampoo? ¿Cómo, cuando y porqué? Ukyo decidió que la respuesta estaba en la cocina del Neko Hanten y en la olla llena de baba azul. Una vez dentro de la cocina, Ukyo inspeccionó la sustancia azul y si, en verdad apestaba, pero eso no explicaba del todo el comportamiento de Mousse; entonces, Ukyo notó una pequeña hoja de papel en el suelo, la chef la recogió y la leyó.

“¿Jarabe azul de la pasión?” Se preguntó Ukyo mientras leía, “La persona que consuma este jarabe caerá permanentemente enamorado de la primera persona del sexo opuesto que vea.” Ukyo botó la hoja de papel al suelo, esto era de lo más interesante. Obviamente, Shampoo había tragado un poco de su medicina accidentalmente y el primer hombre al que vio fue a Mousse, Ukyo sabía lo celosa que era Shampoo, por lo cual era comprensible que hubiera forzado a Mousse a beber un poco del jarabe. Ukyo sonrió ampliamente, este jarabe bien podría servirle de mucho. Sin pensarlo dos veces, la joven tomó un frasco que encontró en el suelo y lo llenó de jarabe, “Es azul.” Murmuró Ukyo al salir del restaurante, desafortunadamente para Ukyo, en su prisa por pensar en una forma adecuada para usar el jarabe, ella se olvidó de leer la nota escrita al final de la hoja de papel, la cual decía: ‘Una vez terminado, el jarabe no debe, bajo ninguna circunstancia, calentarse de nuevo, ya que se evaporaría y los vapores resultantes, que producen el mismo efecto que la poción al tomarse, afectarían a todas las personas cercanas.’

Shampoo y Mousse habían entrado y al cuarto de baño, Mousse se había sentado en el inodoro y Shampoo se había sentado a su vez sobre las piernas de Mousse, la joven amazona se movía en círculos sobre los muslos de su compañero, incrementando el contacto entre sus sexos; la sensación mandaba pequeños destellos de electricidad por todo el cuerpo de Shampoo, las bocas de los jóvenes se enfrentaban en una batalla sin cuartel, sus lenguas se entrelazaban y, al terminar de besarse, Shampoo desabrochó su delantal y lo arrojó al suelo. Mousse, invadido por una intensa e inexplicable lujuria, la cual era solo alimentada por el hecho de que su mayor deseo se había realizado, pasaba sus manos de la espalda a los senos de Shampoo, estrujándolos con suavidad sobre la blusa de su compañera.

Shampoo, por su parte, había metido sus manos por debajo de las ropas de Mousse y acariciaba los músculos de su pecho, la túnica ahora estaba floja y dejaba ver gran parte del pecho de Mousse. Shampoo bajó sus labios y comenzó a besar el cuello del joven, pasando luego a sus pezones, los cuales Shampoo besó y mordió ligeramente, arrancando suspiros de placer a su hombre, las manos de Shampoo no estaban quietas y en estos momentos exploraban con curiosidad entre los muslos de Mousse, buscando la firme prueba de la hombría de su pareja; mientras, Mousse había logrado desabrochar la camisa de Shampoo y la había deslizado hacia abajo, dejando al descubierto el sostén que contenía esos hermosos pechos con los que Mousse había soñado tanto, el joven pasó lentamente sus manos por los hombros de su amada dirigiéndose al centro de su pecho, una vez allí, Mousse bajó sus manos hasta que cada una se posó sobre uno de esos magníficos pechos, él dejó reposar sus manos allí por un tiempo, mientras, sus labios se unieron de nuevo a los de Shampoo, disfrutando la manera en la que Shampoo manipulaba su erección, la cual la joven ya había localizado y acariciaba con creciente interés; fascinada por las reacciones que percibía en él.

 Mousse volvió a mover sus manos, ahora había logrado meter cada una debajo de las copas del sostén de Shampoo, sus dedos experimentaron el delicioso contacto de la suave piel de Shampoo, Mousse buscó instantáneamente los pezones de esos hermosos montes de lujuria y al localizarlos, sonrió al notar lo duros que estaban, deseoso de besar esos senos, Mousse tiró hacia atrás y prácticamente reventó el sostén, exponiendo los tesoros que hasta el momento se encontraban ocultos. Tan pronto los trozos de sostén cayeron al suelo, Mousse se abalanzó hambrientos sobre los dulces pezones, besando y chupando cada uno de ellos repetidas veces hasta que Shampoo lo obligó a separarse de ella.

Shampoo decidió que la ropa de Mousse era un estorbo y tomando en sus manos los extremos de la túnica que cubría al joven, Shampoo hizo fuerza y destrozó la tela, dejándola echa jirones; docenas de armas cayeron al suelo.

“Perdón.” Dijo Shampoo mientras gozaba del cuerpo que había dejado a la vista; Mousse no era tan musculoso como Ranma, pero su musculatura era bastante impresionante y no le pedía nada a nadie, Shampoo se dio a la tarea de pasar sus finos dedos desde el cuello hasta el estomago de Mousse, y de allí, hasta el cetro de placer que buscaba salir de su encierro.

Sin decir palabra, Shampoo se levantó y se paró firme frente a Mousse, ahora ella solo llevaba la falda de su uniforme de camarera, lo cual la joven remedió rápidamente con un movimiento de sus manos, Shampoo desabrochó la falda y esta se deslizó al suelo. Shampoo se recargó en la pared, una ligera mancha de humedad se podía percibir en las bragas de la joven. Shampoo cubrió sus pechos con sus manos, y, mirando a Mousse, preguntó en su lengua natal, “¿Bien, qué te parece?”

Mousse parpadeó un par de veces para aclarar su vista y admiró el exuberante cuerpo que se encontraba frente a él, Mousse no contestó de inmediato, sino que se levantó y rodeó a Shampoo con sus brazos, “Me parece que mi imaginación no pudo vencer a la realidad.”

La joven sonrió y besó a Mousse nuevamente, él por su parte llevó sus manos hasta la húmeda entrepierna de Shampoo, él joven tocó con suavidad hasta localizar el punto húmedo y allí comenzó a girar sus dedos, arrancando débiles gemidos de placer a la joven, Mousse, animado por la respuesta de Shampoo, introdujo su mano por la parte superior de las bragas, la sensación era increíble al tacto, el vello pubiano de Shampoo se sentía como una cálida y suave manta ávida de ser tocada. Llevando sus dedos aún más abajo, buscando la fuente del calor que inundaba su mano, Mousse finalmente localizó la fuente de aquel hipnotizante y húmedo calor.

“Mmmmmm.” Gimió Shampoo al sentir el contacto de los dedos de Mousse con la entrada de su sexo, la sensación que recorrió su espalda le hizo temblar y buscar apoyo en Mousse.

“Veo que te ha gustado.” Murmuró Mousse al oído de Shampoo.

Ella asintió arqueando su cuerpo hacia él. Mousse tomó el elástico de las bragas y lo estiró con fuerza, arrancándolas de la piel que cubrían. Mousse pensó que si Shampoo había roto su túnica, quizás esto los pondría parejos.

El siguiente paso para Mousse fue pasar sus manos por la tersa y suave piel del trasero de Shampoo, masajeándolo y apretándolo entre sus dedos. Shampoo se las arregló para bajar el pantalón de Mousse hasta sus rodillas, “Tendrás que terminar de desnudarte tú.” Dijo ella divertida, “Aún tenemos que darnos un baño, ¿recuerdas?” Explicó la joven mientras entraba a la ducha.

“Claro que sí.” Contestó Mousse al darse cuenta a donde se dirigía Shampoo. El hecho de que él y Shampoo estuvieran hablando en mandarín era aún más excitante y Mousse lo consideraba muy adecuado, incrementaba la importancia del momento.

“¿Vienes o no?” Preguntó Shampoo, “¡El agua está en su punto!”

“¡En un segundo!” Respondió Mousse terminando de quitarse sus pantalones y su ropa interior, arrojándolo todo al suelo, Mousse entró a la regadera. Si antes la visión de Shampoo le había dejado completamente sorprendido, esta vez, Mousse quedó sin habla, el vapor aún no era demasiado como para nublarle la vista, Shampoo que se había inclinado un poco hacia la izquierda para evitar que el agua le mojara el cabello, le miraba con picardía. Mousse pudo apreciar la belleza de Shampoo en todo su esplendor, el agua corriendo sobre su piel, deslizándose sobre sus hombros, sus senos, goteando de aquellos apetecibles pezones, bajando con suavidad por el firme abdomen de la amazona, hasta llegar y empapar el bosque azul que nacía entre sus piernas.

“Parece que yo te gusto mucho, ¿No es cierto?” Exclamó Shampoo al notar la erección de campeonato con la que Mousse se presentaba.

“Tú no sabes cuánto.” Mousse trató de sujetarla, pero Shampoo se escabulló de entre sus manos y él se acercó hacia ella, Shampoo lo recibió y por primera vez ambos jóvenes experimentaron el satisfactorio contacto de piel contra piel, el agua cayendo sobre ellos mientras sus labios y lenguas se mezclaban.

Shampoo rompió el beso y se separó de Mousse de modo que el chorro de agua cayera entre ellos, Mousse intentó tomarla de nuevo entre sus brazos, pero ella lo detuvo con su mano izquierda y con la derecha, lo sujetó allá abajo.

“¿Qué...?”

Entonces, la mano de Shampoo comenzó a moverse lentamente de adelante hacia atrás, lentamente; la fricción era casi insoportable, Mousse no acertaba a hacer nada por la impresión, “Shampoo, yo...”

“Espera, amor, no digas nada.”

Mousse comenzó a temblar y no era por el frío, aquélla mano lo enloquecía, cuando estaba a punto de terminar, Shampoo parecía darse cuenta y se detenía; mas no por completo, pues seguía apretándolo con fuerza y después soltándolo, para después volver a comenzar con sus movimientos más lentamente que antes, el masaje continuó hasta que Mousse explotó entre gemidos, con tanta fuerza que varios chorros de su semen se impactaron contra el estomago de la joven amazona, los cuales desaparecieron casi de inmediato, lavados por el agua que caía sobre ella.

“¿Quién te enseñó a hacer eso...?” Preguntó Mousse cuando pudo hablar.

“Un libro de Cologne.” Respondió Shampoo, “Ahora, ¿por qué no me muestras que puedes hacer tú?”

Mousse consideró que podía estar a la altura, tomando a Shampoo por los hombros, él la alejó del chorro de agua y la obligó a ponerse de cara a la pared, el joven comenzó a besar la espalda de Shampoo, descendiendo hasta quedar arrodillado; Mousse tenía ante si las nalgas de Shampoo, sin pensarlo demasiado, Mousse usó sus manos para abrirlas y dejar al descubierto el ano de su amada y cerrando los ojos, Mousse hundió su lengua en ese lugar, tratando de abrir la estrecha abertura con su lengua. Shampoo arqueó la espalda y empujó su trasero hacia la cara de su amante, a pesar de que no le agradaba mucho que manipularan su ano de esa forma, la sensación era muy agradable, “Mousse también necesito de ti en otro lugar...”

Mousse no respondió y deslizó su lengua hasta el centro de todos sus sueños y deseos; el lugar al que había deseado llegar durante toda su vida, Mousse se detuvo unos segundos para aspirar el perfume íntimo de Shampoo y cuando hubo tenido suficiente, Mousse comenzó a chupar la húmeda abertura, separando los labios y llegando hasta las paredes interiores; Mousse buscaba con su lengua ese lugar del que había leído tanto: el clítoris. De repente, Mousse descubrió una zona, casi al frente de la apertura, que se elevaba sobre los labios vaginales; hasta ahora, Mousse no había conseguido una gran respuesta por parte de Shampoo, pero cuando su lengua tocó esa zona; el cuerpo de la amazona se estremeció y ella apretó sus piernas en torno a su cabeza. Mousse se dio cuenta de que había dado con el punto correcto y se dio a la tarea de estimularlo, primero, lentamente daba giros a su alrededor con su lengua, para después cerrar sus labios en torno a él y jalarlo ligeramente, y finalmente, alternando sus movimientos, Mousse consiguió que Shampoo llegará al clímax. La joven amazona baño el rostro de Mousse con una cascada de jugos vaginales que Mousse bebió por completo.

“Mousse, ¡eres increíble!”

“No, tú eres mejor.” Le respondió el con una sonrisa, “Pero aún no hemos terminado, ¿verdad?”

Shampoo notó que Mousse estaba erecto de nuevo y se arrodillo también, “No, aún no.”

Mousse estaba recargado en la pared debajo del chorro de agua, que mojaba su abdomen y hacía brillar su pulsante erección, Shampoo se había hincado sobre él y la entrada de su sexo hacía contacto con el duro pene de Mousse, las manos de la joven estaban apoyadas en el pecho de él.

“Mousse, esta es la primera vez...” Confesó Shampoo.

“Para mí también.” Aceptó Mousse, “Shampoo, si no quieres continuar lo entiendo.”

“Quiero continuar Mousse, deseo continuar.”

Mousse acercó su rostro al de Shampoo y la besó tiernamente, “Hazlo entonces mi amada Shampoo, hazlo a tu ritmo.” Dijo Mousse y volvió a recargarse en la pared.

Shampoo levantó sus caderas y tomando con una mano el pene de Mousse, lo guió hacia su entrada y aguantando la respiración, Shampoo comenzó a descender. Lentamente, el glande se introdujo dentro de ella; las paredes internas de su vagina se dilataron y el primer asomo de dolor apareció. Mousse detuvo su impulso de forzar su entrada en Shampoo y acarició su rostro, dándole ánimos con su mirada.

La joven comenzó a descender de nuevo, poco a poco, hasta que casi la mitad del sexo de Mousse estaba dentro de ella. Shampoo aún sentía dolor, pero se estaba volviendo soportable, ella se detuvo y pasado un momento, continuó descendiendo. Entonces, ambos lo sintieron, Mousse se dio cuenta que su pene había topado con el himen de Shampoo, y ella se detuvo de nuevo; Mousse levantó sus manos y tomo los senos de Shampoo entre sus manos y los acarició con suavidad, “¿Quieres detenerte?”

Shampoo negó con la cabeza y sonrió débilmente, “Mousse...esto es tuyo.” Dijo Shampoo y cerrando los ojos, la joven descendió totalmente, incrustándose por completo en la erección de Mousse, sintiendo como su himen era atravesado por su amado, cuando la penetración fue completa, Shampoo se quedó inmóvil sobre el cuerpo de Mousse; lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, el dolor ya se desvanecía, y una nueva sensación estaba tomando su lugar, una sensación muy agradable.

Mousse sintió como su pene atravesaba la barrera virginal de Shampoo y cuando ella se apoyo sobre él, Mousse se dio cuenta que ella lloraba y no se movía; apartando el mojado cabello que cubría su rostro, Mousse hizo que Shampoo lo mirara y entonces comenzó a besar los ojos y las mejillas de su amazona, “Gracias.” Dijo él.

Shampoo respondió a los besos de Mousse y por un momento que pareció eterno, ambos siguieron besándose, la tibia agua que caía sobre ellos producía un efecto relajante y mágico, el sonido de las gotas cayendo a su alrededor les envolvía y protegía su intimidad.

Shampoo comenzó a moverse de nuevo, primero sólo un poco, de arriba hacia abajo, y luego volvía a quedarse quieta, podía sentir cómo el pene de Mousse latía en su interior con cada movimiento que ella hacía; Mousse tomó a Shampoo por las caderas y comenzó a guiar sus movimientos, en círculos, de atrás a adelante y de nuevo de arriba abajo. Shampoo comenzó a moverse más rápido, empalándose una y otra vez en aquella vara de carne que la llenaba de placer, que la hacía sentirse llena y completa como nunca antes en su vida, el dolor había desaparecido y era como si nunca hubiera estado allí.

Mientras Shampoo subía y bajaba, Mousse alternaba sus caricias ente los senos de la joven y sus muslos y trasero, las sensaciones que Mousse sentía eran tan intensas que era imposible explicarlas, la suave estrechez que capturaba su pene y lo exprimía con cada movimiento de Shampoo escapaba cualquier definición.

Shampoo comenzó a temblar y su cuerpo se puso tenso, la joven comenzó a ser sacudida por espasmos que la recorrían desde la punta de los pies hasta la cabeza.

“¡Mousse! Esto...ah!” Gemía Shampoo, mientras un fuerte orgasmo sacudía su ser, sus paredes vaginales se sacudían y apretaban con fuerza el sexo de Mousse, como si quisiera fundirlo con su propia carne, “¡Ya no puedo...Mousse...YA!”

Mousse apretó las caderas de Shampoo con fuerza, las contracciones, los movimientos, y el aumento de cálido flujo que ella desencadenó con su orgasmo fueron más de lo que él podía soportar, Mousse sintió como su propio clímax se acercaba, “¡Shampoo! ¡Voy a....!”

“Hazlo...” Dijo Shampoo y comenzó a moverse de nuevo, “Quiero tener tu semilla dentro de mí, hazlo.”

Mousse se dejó ir, el torrente que había intentado contener fue disparado con fuerza hacia el interior de su amada, una, otra y otra vez. Shampoo recibió el semen de su amante dentro de ella. Para Mousse, fue como si hubiera experimentado el nacimiento de un universo, para Shampoo, el sentir como el espeso y caliente líquido inundaba sus entrañas fue suficiente para iniciarle otro orgasmo, casi tan intenso como el anterior.

Shampoo está de pie bajo la regadera, Mousse la abraza por detrás y está ocupado frotando el jabón sobre el cuerpo de la joven.

“Mousse, ¿Cómo crees que tome esto mi bisabuela?” Preguntó Shampoo.

“No lo sé, pero tendrá que acostumbrarse.”

Shampoo notó algo duro entre sus nalgas, “No has tenido bastante por hoy?”

Mousse sonrió y besó su cuello, “No.”

Shampoo cerró la llave del agua y miró a Mousse, “Vamos a mi recamara entonces.

Demos un poco de privacidad a nuestra pareja y vayamos a otro restaurante, específicamente, el Uchan’s, propiedad de Ukyo Kuonji, chef extraordinario de okonomiyaki. En el interior de este restaurante, Ukyo a pasado un largo rato sentada en una silla contemplando el frasco lleno de jarabe azul que tomó del Neko Hanten. ¿Cuál es la forma más conveniente de usar el poder de la pócima? Se preguntaba Ukyo una y otra vez, hasta que de pronto, la respuesta le llegó; Ranma casi todos los días pasaba por un okonomiyaki gratis antes de cenar en el dojo de los Tendo (a eso de las siete de la noche) y casi siempre venía solo; esa era la mejor oportunidad de darle la poción, ahora la pregunta era ¿Cómo hacer que Ranma tomara la pócima? Ukyo no tardó mucho en encontrar la respuesta, ¡revolvería parte del jarabe con la masa del okonomiyaki de Ranma y se lo haría comer! Como Ranma siempre se tragaba todo tan rápido, ¡de seguro ni se daría cuenta!

La hora de cenar se acercaba y Ukyo ya estaba lista detrás de la parrilla, la masa que había mezclado con el jarabe tenía un ligero color azul, pero Ukyo pensó que no se notaba mucho, feliz con su idea, Ukyo comenzó a cocinar el okonomiyaki especial y descubrió que, al cocinar la masa, ésta perdía el tono azul que había tenido minutos antes, el lado malo era que un olor horrible comenzó a llenar el restaurante, era tal al peste, que las dos muchachas que eran la única clientela del restaurante en ese momento salieron casi corriendo del lugar. Ukyo no les prestó atención, el olor no era tan malo cuando te acostumbrabas y ella tenía una muy buena razón para hacer lo que hacía.

Ryoga Hibiki estaba perdido, y no sólo eso, se estaba muriendo de hambre; Hacía tres días que había agotado sus reservas de ramen instantáneo y ya no tenía dinero para comprar más, el joven Hibiki no estaba muy feliz y por milésima vez, deseó tener un sentido de orientación normal; fue entonces cuando levantó la mirada y sus ojos y su estomago se alegraron, de algún modo, el joven Hibiki había llegado al Uchan’s. Ryoga sabía que Ukyo y él no eran precisamente los mejores amigos, pero estaba seguro que la buena de Ukyo no se negaría a darle un okonomiyaki y un poco de té gratis; desgraciadamente, el lugar olía terrible, pero Ryoga se estaba muriendo de hambre, así que con paso decidido, e ignorando el mal olor que salía del restaurante; Ryoga entró al Uchanīs.

Al principio, Ryoga lamentó su decisión de entrar al restaurante, un grueso humo azul cubría el techo del lugar y el olor era aún peor que lo que se percibía desde la calle. Ryoga estaba a punto de quejarse, pero cuando posó sus ojos en Ukyo, lo único que pudo pensar era que había sido un idiota por no apreciar cuán hermosa era ella antes.

 Ukyo notó que Ryoga entraba en el restaurante y a punto estuvo de sacarlo a patadas, pero repentinamente, no le molestó para nada que él estuviera allí; de hecho, Ukyo se preguntaba porqué nunca se había fijado en lo atractivo que era Ryoga.

“Hola Ukyo.” Comenzó a decir Ryoga mientras se sentaba en el banco que estaba frente a ella, “¿Alguna vez te han dicho que eres la mujer más hermosa del mundo?”

Ukyo sonrió y le ofreció a Ryoga el okonomiyaki que había preparado para Ranma.

Nota del autor: Adoro los finales abiertos como éste, ¿Ustedes no?


Fin