La fantasía de Ranma

Por:


Era una tarde calurosa, Ranma estaba en su habitación, completamente pensativo. Llevaba semanas estudiando el mismo problema, el cual parecía no tener fin o solución. El tan sólo pensar en aquello hacía temblar al joven Saotome.

-¡¡¿Cómo puedo pensar esas cosas!!?-Pensó Ranma, pegándose en la cabeza con el puño.

Justo en ese momento apareció Akane, diciendo:

-Con que aquí estabas.

El chico la miró con ojos indiferentes. No tenía deseos de ver a nadie en ese momento.

-Hmmm...No entiendo por qué me preocupo tanto por ti...-Murmuró la joven de cabello azul, un tanto molesta. Después continuó normalmente-Como sea, Ryoga está abajo. Vino a buscarte para su entrenamiento en las montañas.

Ranma suspiró, tomó su equipaje (que ya estaba listo en una esquina), y siguió a Akane.

En la planta baja, estaba Ryoga Hibiki, nervioso ante la presencia de su amada.

-En marcha-Dijo Ranma, dirigiéndose al sonrojado joven que esperaba junto a la puerta principal.

-Cuídense-Dijo Akane, despidiéndose de ambos con la mano.

Ryoga murmuró algo indescifrable y Ranma lo jaló fuera de la casa.

***

Ya en las montañas, ambos comenzaron con el entrenamiento, el cual duró hasta el anochecer.

Cuando terminaron, Ryoga decidió preparar unas sopas instantáneas, mientras Ranma encendía la fogata. Poco después, ambos se sentaron, exhaustos, y comenzaron a comer.

-Oye Ranma, ¿te pasa algo?-Preguntó el joven Hibiki.

-¿Por qué lo preguntas?-Murmuró Saotome, algo indiferente.

-Hmmm...Todo el día has estado muy distraído.

-Ajá...

Ryoga miró a su amigo por un momento, se enrojeció y preguntó:

-No me digas que...¿¡Es por mi Akane?!

-¡No seas paranoico, Ryoga!

-¿Entonces?

Saotome fijó la vista sobre la fogata, y suspiró.

-¿Nunca has...deseado hacerlo...? ¿No te has sentido desesperado...?-Preguntó.

-No te entiendo-Confesó Ryoga.

Ranma gruñó un poco y, con voz extraña, murmuró:

-Nunca antes me había interesado el sexo...Tanto como ahora.

Hibiki se sonrojó un poco ante semejante confesión...¿Acaso Ranma Saotome era presa del deseo?

-Pero no es sólo eso...-Continuó Ranma-Tengo deseos de hacerlo, pero...Como mujer.

Ryoga se había quedado sin habla. No podía hacer nada más que mirar a su amigo.

-¡No me veas así! ¡Mi lado femenino es el que me lo pide...Su cuerpo lo pide!-Exclamó Ranma, un poco ofendido.

El campamento se quedó en silencio por varios minutos. Finalmente, Hibiki se levantó y dijo:

-Será mejor que nos vayamos a dormir, buenas noches.

-Buenas noches-Murmuró Ranma, avergonzado por su extraña confesión.

***

Eran las tres de la madrugada y Ranma no podía dormir. Sentía una especie de excitación, y no podía controlarla...Ryoga estaba dormido junto a él. Saotome decidió salir de la casa de campaña y caminar hacia el río, donde se sumergió hasta el cuello en el agua helada. Dejó su ropa en la orilla.

-¡Cálmate, Ranma!-Se dijo a sí mismo-¡Tú no eres así!

De pronto vio una luz acercándose a lo lejos. Era Ryoga con una lámpara.

-¿Qué estás haciendo aquí?-Preguntó la pelirroja., algo avergonzada.

-Pensé que te había pasado algo...-Explicó tontamente el recién llegado-¿Por qué te estás bañando tan temprano?

Ranma prefirió no decir la verdad, que trataba de calmar sus ansias sexuales, así que salió rápidamente del agua. Ryoga se quedó sin habla. La pelirroja sólo traía puesta una camiseta, la cual estaba completamente mojada y pegada a la carne de Ranma mujer. Sus redondeados senos y sus endurecidos pezones podían verse bajo la luz de la lámpara, al igual que su sexo. Ryoga se sintió un poco excitado. Ranma lo notó, y desvió la vista, sin poder evitar aquel extraño cosquilleo entre sus piernas. Cerró los ojos, ese era el problema que tanto lo atormentaba: Quería saber qué sentía una mujer al hacerlo...Ranma se había masturbado muchas veces como hombre, pero como chica...No se atrevía a explorar esa parte de su sexualidad.

Ryoga interrumpió sus pensamientos:

-Será mejor que regresemos a la ciudad.

-¿Ahora?-Preguntó Ranma, con sorpresa.

Hibiki se dio la vuelta y caminó hasta el campamento. Comenzó a desarmar la casa de campaña. Quería alejarse de Ranma por unos días. Pues había comenzado a sentir un extraño deseo hacia él...hacia su forma femenina, mejor dicho. Ryoga era un chico solitario, nunca había tenido novia ni experiencias sexuales con otra persona; y al tener a esa pelirroja medio desnuda y húmeda junto a él...¡Podía transformarse en un monstruo lujurioso! Así que lo mejor era huir.

***

Los amigos se separaron en cuanto llegaron a la ciudad. Cuando Ryoga desapareció por un callejón, Ranma decidió hacerle una pequeña visita a Kuno, después de todo “él se muere por hacerle el amor a la pelirroja”, pensó Saotome, sonriendo y poniéndose en marcha.

***

Mientras Ranma se dirigía a la mansión de su admirador número uno, Ryoga se había detenido en el parque. No podía evitar sentir una mezcla de asco y deseo al pensar en esa pelirroja. Era una diosa...Pero al mismo tiempo, un hombre, en esencia. Hibiki retuvo la imagen de aquel cuerpo desnudo junto al río, y se masturbó.

***

Ranma entró a la mansión sin hacer ruido, a pesar de que todos estaban dormidos. Pasó de puntillas junto a Sasuke (que dormía al aire libre por el intenso calor), el cual ni se dio por enterado. La pelirroja saltó sobre el dormitorio de Kodachi, y ésta ni se inmutó.

Al acercarse a la habitación de Kuno, Ranma no pudo evitar sentir algo de decepción. No quería entregarse a ese tipo tan odioso, pero el deseo estaba consumiendo su cuerpo y no tenía otra opción. Así que suspiró antes de entrar al dormitorio de su admirador.

Pudo ver a Kuno roncando en su cama. Alzó los hombros y se acercó lentamente hasta él.

El aire acondicionado estaba a toda potencia.

La pelirroja se acostó junto al fastidioso hombre, y deslizó la mano entre las sábanas, sonrió al percatarse de la desnudez de Kuno. Y entonces, a punto de alcanzar su miembro, alguien la sujetó fuertemente por detrás y le tapó la boca. Fue llevada al jardín, donde fue liberada. Ranma miró hacia atrás, un poco fastidiada al ver sus planes hechos trizas, pero se calmó al descubrir que era Ryoga.

-¿Tú?-Preguntó la pelirroja, alzando una ceja.

El chico parecía avergonzado, no se atrevía a despegar la vista del césped; pero aún así dijo:

-Si lo que querías era acostarte con un hombre, sin importar quien, debiste pedírmelo a mí...

Ranma no supo qué decir.

-Pero no le digas a Akane...-Continuó Ryoga, casi en un susurro.

La pelirroja asintió y se quitó la ropa, aún húmeda, quedando solamente en camisa. Hibiki tragó saliva y se acercó a ese cuerpecito inquietante, comenzó a acariciarle los pezones a través de la tela, sólo por curiosidad. Ranma estaba inmóvil, pero su corazón latía rápidamente.

Ryoga la acostó sobre el pasto y le quitó la camisa, la miró por un momento, mientras su pene se endurecía. Después se desnudó y se acostó sobre la pelirroja, intentó besarla, pero ésta se negó, diciendo:

-Recuerda que soy un hombre, idiota.

Hibiki suspiró y se contentó con besarle el cuello y los senos. La húmedad en el sexo de Ranma aumentaba a cada momento...

Ambos continuaron rodando por el pasto, hasta que el delirio y la pasión no pudo ser mayor, y Ryoga le quitó la virginidad a la pelirroja. El placer era tanto, que Ranma no sintió dolor. Hibiki comenzó a moverse con más fuerza, tomando a la pelirroja por las caderas, y gimiendo en voz baja, para no despertar a Kuno y a los demás. Sasuke estaba a pocos metros de la pareja, pero tenía el sueño muy pesado, así que no escuchó nada.

Ranma abrazó a Ryoga y lo acercó hacia ella, estaba sintiendo un placer inexplicable. El cosquilleo en sus entrañas se volvía cada vez mayor, y más agradable....

Estaban al borde del orgasmo, y Ryoga solamente repetía:

-No le digas a Akane...Ah...Por favor...Hmp...mmm...Por favor...

Pero Ranma ya no escuchaba sus palabras, pues el mundo a su alrededor se tornó en blanco y perdió la noción de la realidad por un instante...Durante su primer orgasmo.

Ambos se vinieron al mismo tiempo y se acostaron sobre el césped, completamente exhaustos y sudorosos. Comenzó a amanecer, y decidieron irse antes de que Kuno despertara, viera a su diosa en brazos de otro, y se pusiera como loco.

***

Más tarde, en el dojo Tendo, Ranma y Ryoga se despedían frente a Akane.

-Y...¿Cuándo volveremos a ‘entrenar’?-Preguntó Saotome, disimulando su excitación.

-Yo te buscaré-Dijo Ryoga, evitando la mirada de Akane-Adiós.

Ranma despidió a Hibiki, con una extraña sonrisa en el rostro. Akane estaba sorprendida, pero no sospechó nada.


Fin