Akane raptada por Pantimedias Taro .


Soy Ryo (en algunos chats estoy con este nick o con el de Scorpio), un fanático del hentai, manga y del anime en todos sus formas, si bien los "erotic fanfinction" apenas los estoy explorando, me animé a plasmar éste a manera de ensayo, espero se ha de su agrado.

Si tienen alguna sugerencia, consulta, maldición o crítica que hacerle al ensayo de relato o quiere contactarme para cualquier otro asunto pueden escribirme a

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Akane Raptada por Pantimedias Taro (por Ryo ©2000)

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Luego de que Ranma, que iba a la escuela, se encontrara con aquel monstruo en la calle en medio de aquella lluvia . Y éste se llevara a Akane, la jovencita se desmayó en pleno vuelo.

Al despertar se encontraba en una cabaña en la cima de una montaña algo extraña, atada de los pies y las manos, y su ropa estaba totalmente empapada por la lluvia. Miro por la ventana y se dio cuenta que ya se comenzaba a despejar, el sol asoma tímidamente entre las nubes que huían a su paso.

Pantimedias apareció trayendo una manta amarilla, para entonces se encontraba en su forma humana:

_Debes estar empapada, quítate la ropa para que se seque _. Akane asintió con la cabeza.

Akane se extrañó al ver el semblante, triste y con aires de constante enfado, del muchacho que le ofrecía la manta mientras éste le decía:

_Es lo único que encontré, puedes cubrirte con esto mientras se seca tu uniforme _. Dejó la manta a un lado y comenzó a desatarla mientras le advertía que no intentará escapar Se hincó y le desató los pies. Luego aun de rodillas se giró hasta quedar, frente a ella y la rodeó con sus brazos para desatarle las manos que las tenía a la espalda, su pecho se apretó contra los senos de la joven, ella sintió el poderoso pecho del joven y se sintió segura sin saber por qué.

Ya desatada, Akane se puso de pie sobándose las muñecas.

_ ¿Cómo te llamas? _. Preguntó.

_ Eso no importa replico el joven_ frunciendo el ceño, algo enojado_ y no preguntes por que estas aquí, más tarde comprenderás mis razones _.

_ Esta bien déjame sola mientras me desvisto _. Pantimedias se dio la vuelta y salió.

Akane se comenzó a desvestir. Iba poniendo la ropa húmeda a un lado cuando se quitó el sostén miro sus blancos pechos coronados con esa aureola rosa y un pequeño pezón, estaban un poco duros por el frío de tener la ropa mojada. Al retirar sus bragas se dio cuenta que estaba húmeda no solo con agua de lluvia sino que con algo más. El sentir el vigoroso pecho de aquel joven la había excitado. Su mano derecha se escurrió entre su entrepierna buscando la herida que toda hembra posee, mientras que con la otra dejaba caer las bragas en el montoncito de ropa mojada. Ya se encontraba totalmente desnuda

Akane se agacho para recoger la manta para cubrirse, pero al ponerse de pie resbaló por el agua que había escurrido de su ropa, intento no caer, sin embargo lo que logró fue golpearse más fuerte y en la cabeza con lo quedó inconsciente.

Taro que se encontraba a fuera entrenando, oyó el golpe y corrió a la cabaña. Al entrar vio una visión fascinante: la bella Akane se encontraba tumbada de espaldas en medio de la manta, totalmente desnuda y parecía dormir ya que sus senos se movían al ritmo de respiración.

Taro sintió algo en su interior. Se dirigió hacia la bella durmiente, la miro de pies a cabeza, observa el brillo de su piel húmeda por la vestimenta mojada y se detuvo en la pequeña acumulación de bellos en el pubis de la ninfa. No pudo resistir el espectáculo y se hincó frente a la niña le separó las piernas y su cara en medio de las mismas y comenzó a lamer la entrada al santuario mas preciado del mundo. Con una de sus manos comenzó a buscar los senos de Akane que comenzaba a respirar más agitadamente, sus pezones estaban duros y erectos, Pantimedias hundía su lengua en la vagina de la joven, mientras que con la mano que aún le quedaba libre comenzó a masajearle el clítoris.

De repente Akane entreabrió los ojos, estaba bastante aturdida con el golpe, sintió el exquisito trabajo que hacia Pantimedias y gimió de manera muy sensual, Taro se dio cuenta y se retiró instintivamente pero Akane logró, con buenos reflejos, tomarle la mano que le acariciaba los pechos y le dijo con una voz queda.

_No te detengas, continua por favor _. Y le sonrió como solo sabe hacerlo Akane.

Taro no se hizo de rogar y volvió a hundir su cara en la húmeda caverna, mientras Akane le acariciaba tiernamente el cabello. Taro discontinúo su labor al rato de estar en eso, y su lengua que no se despegaba del cuerpo que acariciaba, comenzó a subir por su vientre haciendo una escala en su ombligo donde se entretuvo un momento a Akane le agrado el cambio, luego Taro se encontró con las montañas blancas de Akane y comenzó a degustarlas mientras con una mano la masturbaba y con la otra buscaba la boca de la niña, la cual al sentir la mano en sus labios comenzó a chuparle y lamerle los dedos de manera desesperada. Pantimedias tragaba un pecho completo de la joven, los regurgitaba y jugaba con los pezones con su lengua.

La excitación llegaba al máximo, de un momento a otro Taro se puso de pie se despojó de todo su atuendo. Akane observo que el miembro de su compañero de juego, no era tan grande como el de Ranma cuando la había visto en aquella ocasión en el baño de casa cuando llegó por primera vez al Dojo Tendo, pero esta tenía un tamaño aceptable. Taro se inclinó sobre la joven, la cual separó un poco más sus piernas y las recogió un poco. Taro se acomodó para embestir, pero antes su rostro se acerca a la tierna cara de la pequeña y le dio un profundo beso, en medio del cual, con un rápido movimiento clavó profundamente su espina en las entrañas de Akane, esta abrió completamente sus ojos y dio un pequeño grito ahogado por el beso.

Comenzó la batalla entre gemidos y besos. Taro se movía de excelente forma, había logrado sentarse en sus talones mientras Akane, engarzada y frente a él, le rodeaba las cadenas con las piernas. Pantimedias se movía suavemente hacia arriba y hacia abajo, y como los senos de Akane le quedaban a la altura del rostro le mordía ocasionalmente los enrojecidos pezones. Akane le agradecía que no le maltratará pues era su primera vez, la que siempre había querido compartir con Ranma, pero las circunstancias no se habían dado.

Estaban en medio del combate cuando la montaña despertó y se estremeció por un temblor, un recipiente de madera que contenía agua se cayó de una repisa. Taro recibió el líquido en la espalda y de inmediato se transforma en la enorme y aterradora criatura, Akane sintió de un momento a otro que murió, resucito y volvió a fallecer empalada, el gigantesco miembro de aquel monstruo estaba dentro de ella, miró hacía abajo y se cuenta que la criatura estaba de pie y que ella estaba suspendida entre el cielo y la tierra; sus pies no tocaban el piso y lo único que la sostenía era la enorme barra de carne clavada en su interior y a la que aun le faltaba mucho por introducirse. Luego miro hacia arriba y vió la tez de la bestia con rostro de toro y sus ojos de un color sangre.

La bestia rugió de manera espeluznante y tomando a la joven por la cintura con ambas garras y con una fuerza espantosa la atrajo hacia sí, hundiéndole totalmente el terrible miembro en las entrañas a la joven. Akane gritó como nunca lo había hecho, y gritó hasta que la voz no salió más, sentía que iba a ser partida en dos por la bestia, la cual a un la mantenía asida por la cintura y comenzó a moverla hacia delante y hacia atrás. Pronto el miembro de la bestia se tiño de la sangre de la desvirgada niña.

Akane parecía una muñeca de trapos en las manos de aquella criatura. Con cada embestida, sentía que su estomago estallaría, sudaba enormemente, sus ojos llorabas desconsolados y de su boca salía abundante saliva como si estuviera en convulsiones. Pero el demonio no se detenía y más bien cada vez los embates eran más bestiales. La anguila, con su piel escurridiza, que formaba la cola del monstruo se escurrió entre las piernas de este y busco el hoyo del ano de la joven y al encontrarlo se hundió en éste moviéndose desesperadamente en círculos entrantes y salientes como taladrando, a lo que Akane respondió con otro grito desgarrador.

Algo en medio de tanto dolor le comenzó a dar placer a la bella joven, los espasmos ascendían desde su vientre y recorrían todo su cuerpo. Y en un atolondrado pensamiento se dijo que Ranma no podría igualar semejante experiencia. Y se decidió a disfrutar de lo que le estaba pasando y tubo varios orgasmos como nunca más los tendría, aunque a veces el dolor de las penetraciones fuera superior al placer que sentía.

Pantimedias, la bestia, arqueo su espalda todo lo que pudo hasta que su cara se encontró con la de Akane y su aliento su mezcló con el suyo, una enorme lengua de vaca salió de las fauces del demonio y comenzó a recorrer el rostro de la joven hasta que se incrusto su boca y comenzó a hacer movimientos como los de la cópula, a veces llegaba profundo en la garganta, haciendo que Akane se sintiera ahogarse. La saliva de la bestia escurría por las mejillas, el cuello y los senos de ninfa.

De repente llegó el momento final para la criatura, justo en eso momento dejo totalmente clavaba a Akane por unos instantes, el miembro del animal creció hasta alcanzar su tamaño máximo y soltó todo su contenido, todo dentro del cuerpo de la ninfa. El tamaño alcanzado por ese guerrero y la inundación que sentía en todo su organismo hizo a Akane no se resistiera más. Arqueó su cuerpo hacia atrás sus ojos se tornaron blancos, sintió bajar al infierno y subir al cielo y nuevamente caer al infierno en caída libre muchas veces antes de desmayarse entre un gran orgasmo espasmódico.

Pantimedias la separó de su cuerpo. Al retirarla de su miembro una increíble cantidad de líquidos mezclados cayeron por el piso escurrriendóse por los muslos de la niña, incluso hilos de sangre recorrían las piernas de la joven.

Pantimedias se fue. Poco tiempo regreso convertido nuevamente en humano, limpió todo el lugar y a Akane también la limpió. Luego la vistió con su ropa pues ya se encontraba medio seca, pero la roció con algo de agua. Le volvió a atar las manos y los pies. Y recogió la manta.

Akane tardaría un muy buen tiempo en despertar. Al cabo del cual entreabrió los ojos, sentía demasiado dolorida, recordaba muy poco algo de una bestia, lluvia, Ranma, hacer el amor, más bien le parecía que lo vivido era entre sueños. Al rato entro Taro con una manta y le dijo:

_Debes empapada, debes quitarte la ropa para que se seque _. Le ofreció la manta.

_Es lo único que encontré, puedes cubrirte con esto mientras se seca tu uniforme

_. Dejó la manta a un lado y comenzó a desatarla...