Aishiteru

Akane abrió los ojos y noto algo extraño, se levantó de al cama y cuando salió al pasillo descubrió que era, la casa estaba silenciosa, y eso allí era muy extraño.
Bajó las escaleras rápidamente y fue a la cocina, allí encontró a Ranma con una nota en la mano, tenia una cara muy extraña, una mezcla de asombro y enfado.
-¿Qué pasa?- preguntó Akane.
- Se han ido - contesto Ranma - van a estar fuera dos semanas.
- ¿Cómo? - Pregunto ella - ¿y por qué nosotros no hemos ido con ellos?.
- Les ha tocado un concurso y como solo eran 4 billetes se han ido ellos - dijo él con tono desapasionado
Akane estaba echa una furia iba por toda la casa poniendo verde a su familia, le gritaba a los muebles, a las ventanas, a los futones y a todo lo que encontraba, iba a emprenderla a golpes con el frigorífico cuando alguien la sujeto y la obligo a sentarse enfrente de la mesa. En ella estaba dispuesto un desayuno con una pinta deliciosa, levanto la vista y allí estaba Ranma con una sonrisa de oreja a oreja.
-Pruébalo- dijo él sin dejar de sonreír, esa sonrisa que le hacia derretir el alma. - espero que te guste.
Akane estaba atónita no podía creer que Ranma hubiese sido tan amable, probó la comida y estaba realmente deliciosa. Comenzaron a caer una lagrima tras otra y pronto no pudo ver nada. Entonces noto como alguien le secaba las lagrimas con un pañuelo.
- ¿Por qué lloras? ¿No te ha gustado la comida?- preguntó el un poco herido.
- No...e....es......que estaba muy buena- dijo ella sollozando - ¿por qué no puedo yo cocinar así?.
- Si quieres puedo enseñarte - dijo él ofreciéndole la mano.
Akane se dio cuenta de algo, Ranma estaba siendo muy atento, no la había insultado ni una sola vez y eso era muy raro.
- ¿Qué intentas?- preguntó ella - ¿Por qué eres tan amable conmigo?
- Es muy sencillo, estoy harto de pelear contigo, algún día vamos a casarnos y preferiría llevarme bien con mi esposa.
Esta explicación parecía razonable, pero lo que Ranma quería decirle era bien distinto <<Akane me he dado cuenta de que te quiero más que a mi mismo y no soporto verte triste>>
Akane lo miró y se sintió mal por haber desconfiado a si de su prometido. Quizás él tuviese razón y fuese buena idea empezar a llevarse bien.
- Ranma..............perdona por lo de hace un minuto, me encantaría que me enseñases a cocinar.
Así empezaron las clases, en realidad no era que Akane no supiese cocinar sino que lo enfocaba del modo equivocado. Ranma le enseño a no tomarse cocinar como una lucha, sino como algo divertido y relajado, la ayudo a tomárselo con calma y tras una hora de preparación la tarta estaba terminada.
Akane la miraba con desconfianza, tenia buen aspecto pero su sabor................ podía ser horrible.
- Adelante salgamos de dudas - dijo Ranma, corto un trozo de pastel y lo probo, su cara se puso verde y le paso el resto a su prometida que sin dudarlo se lo metió en la boca.
Ella contuvo el aliento esperando el mal sabor, pero en su lugar noto como el pastel se deshacía lentamente en su boca dejándole un agradable gusto. ¡¡¡¡ESTABA BUENO!!!!
Akane abrió los ojos dispuesta a gritarle a Ranma pero él la miró y le hizo un guiño.
Miraron a su alrededor y se dieron cuenta de que la cocina estaba bastante sucia y que ellos estaban cubiertos de harina.
- ¿Qué te parece si limpiamos esto?- preguntó él.
- Muy bien - contestó ella con una sonrisa, y pronto todo estuvo arreglado.
- Ranma, ¿Por qué no te duchas tu primero?
- Esta bien - contestó dirijiéndose hacia el baño.
Una vez allí se desnudo y se puso a reflexionar sobre lo divertido que había sido hacer ese pastel con su prometida, era feliz porque por fin había reconocido ante el mismo que la amaba.................. y tenia que decírselo, lo intentaría esa misma noche.
Mientras tenia estas reflexiones se había duchado y había estado un rato relajándose en el baño.
- Akane ya he terminado - gritó, mientras salía del cuarto de baño, con solo una pequeña toalla alrededor de la cintura.
- Vale - contesto ella - pero espérame en tu cuarto he preparado una sorpresa.
<<¿Una sorpresa?>> pensaba mientras se vestía.
Al poco rato Akane llego sonriente, tenia el pelo húmedo y estaba muy bonita. Le pidió que cerrase los ojos y lo guío hasta el comedor.
- Ya puedes abrir los ojos.
Él los abrió y se quedó helado...................... ella había preparado la comida, había varios platos y todos con muy buen aspecto.
- Cogí el libro de recetas de Kasumi, quería darte las gracias por lo de esta mañana, espero que este bueno.
Empezaron a comer y todo estaba delicioso, parecía que Akane por fin había cogido el truco de cocinar.
Pasaron la tarde fuera, fueron a pasear y a comprar algunas cosas. Ya era casi la hora de cenar y Ranma la invito a un bonito restaurante. Estuvieron allí un buen rato riendo y charlando........Ranma buscaba la forma de confesarle a Akane sus sentimientos, pero no pudo.
Volvieron a casa, y una vez allí se desearon buenas noches y se acostaron.
Ranma no podía dormir, no dejaba de pensar en Akane, en su cara, sus ojos, su pelo, lo bonita que era su sonrisa y esos preciosos labios que se moría por tocar y besar.. la quería y tenia que decírselo de una vez. <<Mañana>> pensó <<mañana se lo diré>>. En ese momento noto como la puerta de su habitación se abría, cerro los ojos intentando tranquilizarse.
- Ranma, ¿Puedo dormir contigo?- pregunto ella con un susurro.
- Cla.....claro - contestó, rojo hasta las orejas, mientras notaba como otro cuerpo se tumbaba frente a él en el futón.
Akane se sentía feliz de estar así, de tenerlo tan cerca, hoy todo había sido perfecto y le había dado la posibilidad de descubrir lo mucho que en realidad amaba a su prometido. Una sensación extraña empezó a formarse en su estomago, no sabía muy bien lo que era, pero no la dejaba dormir.
Ranma intentaba tranquilizarse, pero notaba su dulce aliento en el cuello y eso lo volvía loco, tenia los ojos cerrados para no ver la cara de su prometida o no podría controlarse. Entonces noto como las manos de ella le recorrían la cara con suavidad, él intentaba aguantar mientras sus suaves manos lo tocaban. Él abrió los ojos sin poder aguantarlo más y vio la sonrisa de ella, la abrazo con fuerza.
- Te quiero - le dijo - Te he querido desde la primera vez que te vi, intente luchar contra ello, pero no puedo.
Entonces él se separo de ella, se puso en pie y la ayudo a levantarse, con las manos de su prometida todavía entre las suyas se fue acercando poco a poco hasta que la beso muy dulcemente en los labios.
Akane tenia todavía los ojos cerrados sin terminar de creerse lo que acababa de pasar. Entonces noto como él soltaba sus manos, intento abrir los ojos pero Ranma se lo impidió.
- Espera por favor - dijo él con dulzura - tengo una sorpresa.
Ella espero impaciente.
- Ya puedes abrir los ojos - dijo Ranma en un susurro junto a su oído.
Akane los abrió y sus labios dejaron escapar una exclamación de sorpresa, la habitación estaba iluminada por cientos de velas cuya luz bailaba sobre el sonriente rostro de su prometido.
- Hay algo que quería pedirte mañana - dijo él acercándose, pero ya no puedo esperar más......................... Akane ¿Quieres ser mi esposa?
Ella tenia lagrimas en los ojos y sin pensarlo mucho se arrojo a sus brazos.
- Si Ranma Saotome...seré tu esposa.
Estaba tan feliz que no sabia muy bien como reaccionar, tenia a la chica que amaba apretada contra su pecho y se iban a casar ....todo era perfecto.
Akane se separo de él, se puso de puntillas y lo beso en los labios, se agarro a su cuello y lo volvió a besar esta vez mas apasionadamente .
- Te quiero, te quiero - susurraba ella extasiada mientras Ranma le besaba y le daba mordiscos en el cuello.
Él empezó a desabrochar la camisa del pijama de Akane y le acariciaba la piel que iba descubriendo, ella por su parte empezó a hacer lo mismo y pronto estuvieron uno frente al otro en ropa interior.
Se tumbaron en el futón y comenzaron a acariciarse y besarse de manera apasionada. Ranma recorría el cuerpo de Akane de arriba a abajo con sus manos y le daba ligeros besos en el cuello, el nacimiento de los pechos o el ombligo, ella gemía de placer y tenia los ojos cerrados mientras apretaba la almohada con fuerza.
Ranma estaba sobre ella mientras cada uno exploraba la boca del otro.
- Akane, amor - dijo él con un susurro - si quieres dejarlo este es el momento, lo entenderé.
Ella lo miró a los ojos, esos ojos azules que la tenían hechizada..................... mientras la luz de las velas iluminaba su rostro... todo era tan mágico.
- Te deseo - dijo ella - y quiero que lo hagamos.
Ranma sonrió y empezó a desabrocharle el sostén, cuando hubo liberado sus pechos empezó a acariciarlos con deleite por ambas partes. Al poco estaban los dos completamente desnudos y sus suspiros se oían por toda la casa.
Akane apretó a Ranma fuerte contra ella.
- A..aho... ahor....ahora - dijo ella entrecortadamente.
El empezó a empujar con suavidad, intentando no dañarla, pero ella estaba tan excitada que casi no sentía dolor.
Akane se sintió colmada al sentirlo dentro y empezaron a moverse muy lentamente para no precipitar el momento y que esa su primera vez durase lo máximo posible..... pero al fin no pudieron mas y sus gritos rompieron el silencio de la noche.
A los 15 días el resto de la familia volvió y se extrañaron mucho de encontrar la casa vacía. Los llamaron sin ningún resultado y comenzaron a buscarlos.
- ¡¡VENID!!- grito Nabiki desde el piso de arriba.
Subieron todos rápidamente y allí sobre la mesa había un sobre que tenia escrito, para Soun Tendo y Genma Saotome.
Queridos padres.
Akane y yo os queremos mucho, pero vamos a casarnos y como os conocemos a vosotros y al resto, preferimos irnos un tiempo para disfrutar uno del otro, además así aprovecharemos para buscar una cura a mi "problema". No os decimos donde estamos por que si no esto se llenaría de gente en un santiamén.
Volveremos cuando estemos preparados mientras tanto cuidaos.
Y la firmaban Ranma y Akane.

Soun y Genma lloraban de alegría mientras Nabiki pensaba como sacar provecho de la situación y Kasumi estaba un poco triste por no ver la boda de su hermana.


En una pequeña capilla de un pueblecito.
- Y yo os declaro marido y mujer.......puedes besar a la novia jovencito - dijo el viejo sacerdote con una sonrisa.
Ranma y Akane se dieron un ligero beso en los labios y se despidieron del simpático viejecito. Y se van los dos cogidos de la mano al encuentro de su destino.

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